Los regantes del Páramo Bajo han estallado. Tras dos asambleas multitudinarias y un clima de indignación creciente, han anunciado movilizaciones para exigir la dimisión inmediata de la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero, María Jesús Lafuente, a quien acusan de dinamitar un acuerdo histórico de 30 años y de imponerles ahora unos costes que dispararían el precio del riego un 173%. El sector, que agrupa a cientos de explotaciones modernizadas y con una inusual presencia de jóvenes, advierte de que esta decisión pone en juego no solo el futuro de la agricultura, sino de los propios pueblos.
Los regantes del Páramo Bajo afrontan un conflicto sin precedentes tras conocer que la Confederación Hidrográfica del Duero les ha impuesto unas tarifas que suponen un incremento del 173% respecto a lo que venían pagando. Después de un año de negociaciones infructuosas, la Comunidad de Regantes denuncia que la CHD ha ignorado el acuerdo histórico que eximía a estos agricultores del coste eléctrico de la elevación de agua, generando un agravio comparativo que pone en riesgo sus explotaciones y el futuro de 37 pueblos.
La preocupación por el taponamiento del río Jamuz a su paso por Jiménez, y la falta de respuesta de Confederación Hidrográfica del Duero tras múltiples peticiones de limpieza del cauce, han llevado a la alcaldesa de Santa Elena de Jamuz, Carolina Castro, a reunirse este miércoles con el subdelegado del Gobierno en León, Héctor Alaiz. Tras aportarle numerosa documentación y fotografías, consiguió que se comprometiera a mediar ante el organismo hidrográfico para solicitar que intervengan en el río, y evitar así un temor real a que el pueblo vuelva a inundarse.
La Confederación Hidrográfica del Duero destina cinco millones de euros a un plan para reparar los daños que los incendios de este verano han dejado en ríos y entornos fluviales de la cuenca. Con 155.000 hectáreas quemadas y 1.715 kilómetros de cauces afectados, las actuaciones priorizan las zonas de abastecimiento de agua a poblaciones y buscan frenar la erosión y la eutrofización, además de recuperar la vegetación de ribera.
La preocupación por el estado del río Jamuz se intensifica en los municipios más afectados por los incendios del verano. Los alcaldes de Alija del Infantado y Quintana del Marco han solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero que actúe con urgencia para limpiar el cauce, ante el riesgo de retenciones y desbordamientos que podrían dañar cultivos, viviendas e infraestructuras. Esta petición se suma a la remitida ya hace unos meses por la alcaldesa de Santa Elena de Jamuz, que ya había alertado del peligro tras las lluvias torrenciales del pasado julio.