"Una compañía entera, vestida de un rojo intenso, sonriente, aplaudiendo como en un estreno de gala, aunque la sala esté medio vacía y el guion chirríe. Al protagonista poco le importa: lo que no consiguió con aplausos, lo disfruta ahora con un telón de terciopelo y una troupe entregada al retrato. Ya lo decía aquel viejo director: quien se mueva, no sale en la foto."
"¿Te imaginas que, ante una situación de emergencia de la población civil, los políticos de las distinta Administraciones públicas en lugar de estar pendientes y buscar como lanzar la culpa sobre el otro, centraran todas sus fuerzas en colaborar entre todas? Parece que esto es toda una utopía en el momento actual, pero no es tan difícil, solo hace falta buena voluntad, actitud y ganas de hacer las cosas para el interés común y no por intereses particulares o partidistas."
"Cuando nadie te ayuda, decides con el bien más preciado que tenemos los seres humanos: la libertad.
Y en aras de esa libertad, se decide intentar salvar la herencia de toda una vida de esfuerzo y recuerdos, la de ellos y la de todos nosotros."
“La previsión meteorológica para ese día era CLARA… y el AVISO ⚠️ por FUERTES VIENTOS CON CAMBIO DE DIRECCIÓN sobre las 6 a 8 de la tarde estaba hecha. Nosotros mismos avisamos sobre LA GRAVEDAD del pronóstico, y LA INNOMBRABLE JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN … NO HIZO NADA ”
Probablemente el término que da título a este artículo no se conozca por estos lares, pero no encuentro otro mejor, así que recurro a mis raíces para traer esta palabra gallega con la que se designa a cierto tipo de veraneantes que, lejos de poner en valor el lugar que visitan, muestran la peor cara del ser humano: el que hay que apartar porque no aporta.
¿De verdad exigimos a un pueblo de apenas 300 habitantes, que no tiene ni para pagar a más de un obrero si no es con subvenciones, que haga una nota de prensa sólo porque no somos capaces, como periodistas, de "mover el culo" y salir a buscar la noticia?
No sé si este artículo llegará a la Delegación de la Junta en León, a la Confederación, ¿a Valladolid? ¡No aspiro a tanto! Porque a veces parece más fácil llegar a la Casa Blanca que a un despacho de una Consejería. Tan sólo pretendo dejar constancia de una realidad incómoda: el patrimonio que es de todos, se abandona como si no fuera de nadie.
¿Dónde queda entonces la libertad de prensa? ¿En qué lugar está el respeto a la labor periodística? ¿Y qué concepto de democracia tienen algunos cargos públicos si creen que pueden intimidar a los medios –o a los que consideran débiles y pequeños– cuando no les gusta lo que leen?