El Belén de La Cabañina recrea un año más Pobladura del Valle

En Pobladura del Valle, el tren vuelve a funcionar... Aunque sea en miniatura. Y es que una de las novedades que incorpora este año el ya famoso Belén de la Asociación de Jubilados “La Cabañina” es la estación de tren, obra de Carmen “la asturiana”, la misma que ha hecho con sus manos una réplica en cartón del Ayuntamiento, con sus banderas y todo, y alguna casa real a escala.

Romualdo Tobía, presidente de la asociación, es el artífice de todo el montaje de este Belén que no trata de ambientar la escena de la la natividad de Jesús con rigor histórico, sino de reproducir el pueblo entero –o a donde llegue– de Pobladura. De hecho, la Iglesia del año pasado ha sido sustituida por una en la que “no falta detalle”, y que ha construido para este Nacimiento el dueño del museo Grand Central, José Luis Blanco. Tere y Maribel son otras de las vecinas que han colaborado, aunque a Romualdo le hubiera gustado contar con más ayuda.

Por la estación de tren, explica , llegaron los Reyes Magos que –claro está– se encuentra ya más cerca del portal de Belén. Bueno, de uno de los portales, porque otra de las particularidades de este Nacimiento es que tiene dos vírgenes, dos San Josés, dos niños Jesús... ¡Y seis Reyes Magos! Esto es así porque son varios los vecinos que han querido colaborar, y como el Belen es grande –nada menos que 17 metros cuadrados–, se pudieron representar dos espacios diferentes, cada uno con su Misterio.

Esta colaboración hace que el resultado sea de lo más ecléctico, pero eso le da a este Belén un encanto que lo hace único, como único es incluso un arco del triunfo que se puede ver al fondo. “Ése ya queda hacia San Adrián”, bromea Tobía.

Estas licencias artísticas contrastan con el realismo palpable, por ejemplo, en el caño, o en las bodegas, realizadas por el propio Romualdo con yeso y posteriormente pintado, con sus características chimeneas.

Además, este año es el último en que se podrá visitar el Belén en el local de la Asociación, en el bajo del ayuntamiento, pues para las próximas Navidades se hará en la Iglesia. El montaje llevará su tiempo. Ya para esta vez, Tobía comenta que comenzó en verano a prepararlo. Casi nada.

El resultado, sin duda, vale la pena. Se puede visitar, desde dentro, todos los días de cinco a nueve, pero a través de la ventana, desde las doce del mediodía hasta las doce de la noche. La entrada es gratuita, pero hay una hucha para donativos, que agradecen de antemano.

La cara más fea de la Navidad

Romualdo Tobía está un poco enfadado esta Navidad. Y no es para menos. Este año ha pasado en el Belén de Pobladura algo que nunca había sucedido: aparecieron los ladrones, pero no como los del simpático villancico, sino algún desalmado que, por hacer daño –no por el valor económico– ha robado un Papá Noel con sus regalos que adornaba el exterior del local donde se expone el Belén.

Tanto él como las mujeres de “La Cabañina” nos cuentan que en La Torre del Valle aún fue peor, que les robaron un Nacimiento entero. “No dejaron ni una figura, las llevaron una a una”, se quejan.

“El año que viene lo expondremos en la iglesia y tendremos que hace retenes”, explica Romualdo, entristecido por unos hechos que sólo pueden responder a la maldad de alguna persona. La verdad es que no es justo, y menos para un grupo de personas mayores que realizan este precioso Belén, año tras año, de forma totalmente altruista, para orgullo de Pobladura del Valle, que revive sus mejores momentos de la historia... a pequeña escala.