Quintana del Marco rinde homenaje a los voluntarios que ayudaron en los incendios y en la pandemia

El Ayuntamiento de Quintana del Marco inauguró el pasado sábado una nueva plaza, a la entrada del pueblo, en homenaje a los voluntarios que ayudaron a los vecinos del municipio tanto en los recientes incendios de este verano como en 2020 durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

Un monolito con una placa dedicada a los “héroes” que ayudaron al pueblo en esos difíciles momentos preside el parque, coronado por una imagen de San Isidro Labrador, que recuerda que “este pueblo ha sido, es y será agrícola y ganadero”, como recordó el alcalde, Pedro Crespo, durante el discurso de inauguración.

Al evento asistieron, además de miembros de la corporación municipal de Quintana, la alcaldesa de Santa Elena de Jamuz, Carolina Castro Murciego; la teniente alcalde de Alija del Infantado, María Guadalupe Martínez Bécares, y la también concejala de este último ayuntamiento, Marta Pérez Fernández. 

Hacia estos y otros pueblos, precisamente, tuvo un agradecimiento Pedro Crespo, quien recordó que “cientos de voluntarios” de estos municipios, junto a Cebrones del Río, Altobar o Valcabado, trabajaron “codo con codo con nuestros vecinos” para extinguir el fuego en Quintana y Genestacio.

El parque se complementa con unos olivos “que simbolizan la paz, la sabiduría, la longevidad y la fortaleza”, unas palmeras que representan la “victoria, paz, fertilidad, resistencia y vida eterna”, así como unos bancos, todo ello de dos en dos, en señal de que “la unión hace la fuerza”.

Los niños del pueblo fueron los encargados de depositar unas flores en el monolito, y posteriormente el público guardó un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de la pandemia y de los incendios, “dos escenarios de crisis tan distintos en su naturaleza, pero similares en su crudeza” que, en palabras de Crespo, “nos han enseñado una lección fundamental: la fuerza de la comunidad y la importancia de la solidaridad”.

Precisamente para no olvidar la labor de estos “profesionales y voluntarios”, el monolito servirá como recordarorio de  “su sacrificio” y de la necesidad de “construir una comunidad más resiliente y preparada”.