ESPECIAL INCENDIO

"No mandaron medios y se desató el infierno": un agente medioambiental relata su angustia

La falta de medios impidió cerrar el perímetro por sólo 20 metros, por los que afirma que el fuego se descontroló y saltó a Quintana y Congosto
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No desvelamos su nombre, por razones evidentes. Lleva a sus espaldas unos cuantos incendios, en muchos años ya trabajando como agente medioambiental de la Junta de Castilla y León. Accedió a concedernos una entrevista, en nuestro espacio para Onda Cero, donde contó lo sucedido en primera línea de fuego, donde él estuvo ya desde el domingo.

Escuchar que hubo medios y coordinación le produce "una rabia infinita", porque precisamente eso es lo que faltó: "Medios no hubo ninguno", remarca.

"El lunes por la mañana, en la zona de Congosta y Ayóo lo teníamos prácticamente todo perimetrado pero claro, no mandaron suficiente personal para vigilar todo el perímetro, y al levantarse el viento y subir la temperatura, empezaron a saltar chispas, a haber reproducciones por todos los sitios, y si no hay gente cada poco, se escapa. Y así pasó", relata.

Cuando el incendio bajó para el valle de la Valdería, y los vecinos de Felechares, Pobladura de Yuso y San Félix comenzaron a tratar de frenarlo, él recuerda que tras "suplicar medios" le mandaron únicamente "una brigada y dos autobombas". Con esta escasez de recursos, "quedaban 20 metros para juntarse con los vecinos y cerrar todo el flanco". En ese momento, el helicóptero tuvo que ir a repostar y "no hubo forma de que enviaran otro", recuerda con angustia.

"Nos hicieron falta dos descargas más, no hubo forma de que enviaran medios aéreos, y se desató el infierno en aquel trozo", resume.

Fue en ese momento cuando el fuego desatado comenzó a entrar en los pueblos "y los vecinos a intentar defender como pudieron porque no había nada: dos autobombas". Como agente que es, queriendo controlar la situación, pidió  "por activa y por pasiva por la emisora con todo el mundo, por Dios, dos descargas de hidroaviones o lo que sea y no vino nadie: no se dignaron ni a contestar", denuncia.

De hecho, esos 20 metros de los que habla el agente medioambiental fueron, según su opinión profesional, los responsables de la lengua de fuego que acabó llegando al lugar donde fallecieron, en la motoniveladora, Abel y, poco después en el hospital, su compañero Jaime. "Entre Pobladura y Felechares –rememora– saltó y el río y ya fue una bestialidad de potencia que cogió en el monte del otro lado, contra Quintana y Congosto, donde pasó lo que pasó". 

La "cabeza de incendio" que entró en esa zona, insiste, "fue la que salió de entre Felechares y Pobladura, que estuvo sujeta excepto por esos 20 metros, y empezó a salirse, a salirse... ¡y ahí no había nadie!", lamenta. "Por muy agente que seas, si no tienes medios, ¿qué haces? Si los pides desesperadamente y no te los mandan, ¿qué haces?", se pregunta.

A su juicio, la solución es complicada en una comunidad autónoma "más grande que muchos países de la UE". Y pone como ejemplo Portugal, más pequeño que Castilla y León. "Es imposible que una comunidad tan grande funcione bien. El operativo de incendios tenía que ser mayor que el de todo Portugal", insiste.

A esto se suma, según este agente medioambiental, la "precariedad absoluta" de muchos de sus compañeros. "La gente que está en las brigadas por dos duros jugándose la vida. Muchos son estudiantes que vienen a hacer la campaña de verano, les dan ahí un curso de nada de horas y con eso, ¿a dónde vamos?".

Escucha la entrevista completa aquí:

 

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