Si algo tuvieron de bueno los convulsos años 30 en España fue la música tradicional de entonces. Y en el Bar Casas lo saben bien. Por eso, no dudaron en organizar este viernes una fiesta dedicada a los años 30 y 40, en que animaron a los vecinos a acudir vestidos de época, para bailar al son de la "Orquestina del Órbigo".
Rumbas, pasodobles, boleros, jotas y hasta algún vals llenaron de nostalgia y ritmo la terraza del bar, donde numerosas parejas se animaron a marcarse un baile como los de antes. Durante unas horas, el tiempo pareció detenerse y el pueblo revivió, entre acordes y palmas, una época de tradiciones, baile y vida sencilla.
Entre los asistentes vestidos de época se pudo ver un "cura" con la sobria sotana de entonces, un "guardia civil" con uniforme de estilo antiguo —aunque sin tricornio, o al menos no lo llevaba para bailar—, y varias vecinas que se animaron a lucir vestidos elegantes, con aire de otras décadas, que recordaban aquellos años de cine en blanco y negro y verbenas al aire libre.
Como detalle para premiar el entusiasmo y el buen gusto, el bar ofreció a todos los caracterizados una sangría bien fresca, servida como en las fiestas de antes. El ambiente fue tan animado como acogedor, y no faltaron las risas, los brindis y hasta alguna improvisación sobre la pista.
La jornada arrancó ya por la tarde con un campeonato de brisca, muy disputado y con gran participación, que dio paso a la música en directo a partir de las ocho y media. Desde entonces, la terraza se convirtió en un pequeño salón de baile a cielo abierto, y la fiesta se prolongó hasta bien entrada la noche.
Sin duda, un paseo por el pasado cargado de nostalgia, tradición y alegría compartida, que dejó claro que las buenas ideas no entienden de siglos, y que la memoria también se celebra bailando.
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