Que los pueblos estén bonitos no siempre es cuestión de grandes presupuestos, sino, muchas veces, de voluntad y buen gusto. Un buen ejemplo es la iniciativa del Ayuntamiento de Arrabalde, que ha decidido renovar las placas de sus calles y plazas por otras nuevas, mucho más cuidadas, originales y con un toque artesanal que no pasa desapercibido.
Los 31 rótulos encargados están fabricados en barro cocido y esmaltado, un material que, además de su belleza, ofrece una gran resistencia al paso del tiempo. “Son placas concebidas y diseñadas para durar toda la vida”, explican desde el Consistorio, ya que este tratamiento las hace prácticamente inalterables frente a la lluvia, el sol y las oscilaciones de temperatura.
Por ahora, ya se han comenzado a colocar las correspondientes a las plazas, que presentan una elegante forma ovalada. En los próximos días se procederá a instalar las de las calles, estas de formato cuadrado, que darán un aire uniforme y distintivo a todo el conjunto urbano.
Otro dato llamativo es el carácter austero de la inversión: el coste total de las nuevas placas asciende a poco más de 1.200 euros, ya que la colocación la realizarán de forma altruista el propio alcalde, Alejandro Alija, el teniente de alcalde, Onésimo Villar, y algunos concejales. Una muestra de compromiso con el pueblo que evita gastos adicionales y permite que cada euro invertido se destine directamente a mejorar la estética de Arrabalde.
Con esta actuación, el Ayuntamiento pretende no solo mejorar la imagen del municipio, sino también poner en valor los pequeños detalles que hacen más agradable la vida cotidiana de vecinos y visitantes.
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