La fuerte tormenta que descargó en la tarde del viernes no sólo azotó con fuerza la ciudad de La Bañeza, sino a parte de su comarca y, de forma especial, se cebó con Jiménez de Jamuz, donde muchas carreteras y calles quedaron anegadas, provocando incluso una salida de vía y caída a la cuneta de un vehículo junto al cementerio.
El muro perimetral que rodea el colegio público, en pleno centro del pueblo, no resistió la fuerza del granizo –en algún caso pedrisco de gran tamaño– y se derrumbó, dejando esparcidos los restos sobre la calzada, impidiendo el paso de coches.
Numerosos inmuebles fueron también víctimas de la fuerte granizada, que provocó inundaciones en muchas viviendas y en algún negocio, tal y como nos relata el propietario de Casa Aniceto, restaurante donde el agua llegó a una profundidad de 20 centímetros, "y como me pasó a mí, le ha pasado a muchas casas", lamenta el propietario.
Lo cierto es que en cuestión de segundos el suelo se cubrió de blanco, y en unos minutos el agua subió de nivel y se produjeron las inundaciones y el caos en diversos puntos del pueblo.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya había advertido de posibles tormentas, y explícitamente alertaba de que, en la provincia de León, "algunas podrían ir acompañadas de granizo y rachas de viento muy fuertes", pero pocos esperaban una descarga tan virulenta. La alerta amarilla volverá a activarse mañana a partir de las dos de la tarde, y viene acompañada de la misma advertencia.
A falta de una valoración completa de los daños, los vecinos de Jiménez tratan ahora de recuperar la normalidad en sus viviendas tras una tarde que difícilmente olvidarán.
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