La "hipocresía" de las políticas europeas, culpable de la crisis del precio del cereal

Las políticas europeas dentro de un mercado ya totalmente globalizado, sumada al exceso de oferta por la abundancia de grano de las campañas de este año son las responsables de una bajada generalizada en los precios del cereal que están dejando a los agricultores en una situación muy complicada. 

Ésta es la principal conclusión de la tertulia mantenida en Onda Cero La Bañeza y Astorga, dentro de la sección Noticias del Pueblo, conducida por la responsable de este periódico, Carla Vidal, que invitó a la misma a dos agricultores de Audanzas del Valle y de Alcubilla de Nogales, Javier Alonso y Adry Martínez, para analizar esta problemática.

 Tal y como vienen denunciando desde hace tiempo los profesionales del campo, el problema radica en que a los agricultores europeos se les exigen una serie de medidas a la hora de producir el cereal, con el argumento de que es para preservar la salud y seguridad alimentaria que, sin embargo, no se requieren al grano importado de otros países, algo que para Javier es una "hipocresía total y absoluta". "No podemos jugar una partida y no tener todos las mismas reglas", insistió, añadiendo que "la forma de producir que tienen los países extracomunitarios no se aproxima ni de lejos a lo de los europeos". Ya que los motivos que se alegan son de calidad alimentaria y salubridad, Javier denunció que "no puede ser que si  producen los europeos es malo para la población, pero si viene de fuera es bueno", y como ejemplos puso noticias que "vemos cada poco" como "mercancía importada de Marruecos con un pesticida no autorizado en Europa, o naranjas de Egipto".

Todas estas políticas hacen que los costes para un agricultor español sean muy superiores a los de uno extranjero, razón por la que los precios actuales de lonja no cubren ni los gastos. "Tenemos una materia de lo mejor que hay, pero sólo miran el precio", insiste, en este sentido, Adrián.

El cereal importado de Ucrania es, para Javier, un claro ejemplo de lo que está pasando. "Nosotros somos los primeros en solidarizarnos con lo que les está pasando con la guerra, pero no puede ser que un sector como el primario, el agrícola, está pagando gran parte de la deuda de esa guerra", subraya. "Yo creo que está entrando cereal de Ucrania sin ningún tipo de arancel y control, y eso hace que en nuestros puertos los operadores compren el grano donde más barato esté", insiste.

La solución, para Alonso, pasa por las "cláusulas espejo", es decir, que haya igualdad de condiciones para todos, y que las exigencias no sean sólo para el cereal de los países miembros. De lo contrario, ambos agricultores temen que se acabe con el campo. Adry, de hecho, explica que él está pluriempleado porque aunque le encanta ser agricultor, "muchos meses toca pagar, y no llego, por eso tengo otro trabajo".

La desaparición de la agricultura conllevará, además, según Javier, la de muchas fábricas a las que se suministra desde ésta. "Lo que se dice de que si el campo no trabaja la ciudad no come, podemos añadir que Europa comerá, pero de peor calidad y sin garantías", sentencia.

COAG estima pérdidas de 890 millones para los cerealistas de Castilla y León en una "cosecha récord"

Precisamente este martes, COAG Castilla y León emitió un comunicado en el que alerta de las pérdidas que la caída del precio del cereal -derivada de la "cosecha récord" que se espera–, que cifra en 890 millones de euros, ya que prevé que los precios sigan bajando en los meses "culminantes" de recoleccióm, como son julio y agosto.

La organización profesional calcula que se puede hablar de "rentabilidad del cultivo" a partir de 300 euros la tonelada, un precio muy alejado de los actuales de las lonjas de la comunidad,, donde la cebada se mueve entre los 180 y los 190 euros, y el trigo entre los 197 y los 210. Para el verano, advierten, "es habitual que los precios vuelvan a caer e torno a otro 10%, y podríamos encontrarnos con cotizaciones inferiores a 180€ en la cebada y 190€ en trigo".

Es, según COAG, la otra cara de la moneda de una cosecha excelente, probablemente la mejor de los últimos diez años, en que se prevé una producción entre 8,1 y 8,5 millones de toneladas, con una superficie sembrada de 1,7 millones de hectáreas y con un rendimiento medio de entre 4,7 y 5 toneladas por hectárea.