Si hay un santo en los pueblos donde la fe de los vecinos resulta impresionante es, sin duda, San Isidro Labrador. Cientos de agricultores y ganaderos celebraron este jueves su patrón en todos los pueblos, en muchos de los cuales es festivo local.
Misas, procesiones, el espectacular momento de la bendición de los campos... Pero también comidas de hermandad, mucho "escabeche" –en los pueblos de Zamora–, música, baile y fiesta.
Este día, los agricultores aparcan por una jornada el tractor –incluso los que no descansan nunca– porque toca honrar al santo, y rezarle para que la próxima cosecha sea buena, y más en este año tan difícil que les está tocando vivir.
Alija del Infantado, Navianos de la Vega, Quintana del Marco, Roperuelos del Páramo –y Valcabado y Moscas–, San Adrián del Valle y San Esteban de Nogales, en la parte leonesa de nuestra zona, tienen marcado en el calendario uno de los festivos locales para este gran día. Y lo mismo sucede, en el lado zamorano, con Coomonte, Fresno de la Polvorosa, Maire de Castroponce y Santa María de la Vega, pueblos, todos ellos, eminentemente labradores.
En el caso de Alija, donde se comenzó con un triduo ya el pasado lunes, tras la misa se sacó en procesión a San Isidro hasta la parte de atrás del Ayuntamiento, al lado del Castillo, donde se bendijeron los campos. Posteriormente, los miembros de la cofradía tuvieron una comida de hermandad en el Bar Casas (hogar del jubilado), seguida de baile, hasta bien entrada la tarde.
En Coomonte también se llevó en procesión por las calles al santo, en un día oscuro donde llegó a caer alguna gota, aunque eso no impidió celebrar la jornada por todo lo alto, y poner el broche de oro con una deliciosa chocolatada.
En Santa María de la Vega, también se produjo la tradicional procesión y bendición de los campos, así como una comida de confraternidad de los agricultores. Por la tarde, el Ayuntamiento organizó una merienda, tras la cual todos disfrutaron del baile amenizado por el artista Bernard Valera.
En otros municipios, como Pobladura del Valle o San Martín de Torres, aunque no sea festivo oficial, se celebra a lo grande siempre. En el primero, se repartió el tradicional escabeche tras la procesión, mientras que, del lado de León, en San Martín se mantuvieron fieles a la costumbre y, aunque hay poca gente, también quisieron sacar en procesión al santo.
Sin duda, una jornada de fe única en los pueblos leoneses y zamoranos, en la que todos esperamos que se cumpla aquel refrán de "San Isidro Labrador, quita el agua y pone el sol"
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