El reloj de la iglesia de San Esteban, que desde 1881 marca el paso del tiempo en Alija del Infantado, necesita un nuevo guardián, alguien que, cada día, y puntualmente a la misma hora, suba al coro -donde está la maquinaria– y proceda a darle cuerda, para que pueda seguir siendo el fiel testigo de miles de amaneceres y atardeceres.
Esta pieza fue creada hace casi 150 años por un relojero leonés de renombre de aquella época, quien lo dotó de un mecanismo de pesas, y un péndulo cuyo sonido se ha convertido ya en acompañante inequívoco de los feligreses, durante las celebraciones en el interior de la iglesia. Ha trocado así en memoria de generaciones pasadas, conectando los ecos del pasado con el presente, que sigue resonando en cada campanada.
Por esta razón, el Ayuntamiento ha hecho un llamamiento para buscar una persona que, de forma altruista y voluntaria, se haga cargo de este tesoro del pueblo, para darle cuerda cada día, y convertirse así, también, en parte de la historia del Alija, al mantener vivo su latido.
Los interesados pueden obtener más información en el propio Ayuntamiento, donde se les explicará con más detalle en qué consiste tan encomiable tarea.
Comentarios