ENTREVISTA A MAXIMILIANO VELICIAS, ALCALDE DE COOMONTE

"La España vaciada no existe; existe la España que quieren vaciar, llenándola de trabas burocráticas"

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Maxi Velicias, en el balcón del Ayuntamiento, junto a la bandera de Coomonte

Se define como un “tío con suerte”, aunque admite que hay que buscarla. Maximiliano Velicias compagina su labor como alcalde de Coomonte con su faceta de empresario y, aunque pasó años viviendo fuera, asegura que no cambiaría su pueblo por nada. Desde que en 2023 tomó las riendas del Ayuntamiento de este municipio zamorano de apenas 190 habitantes, trabaja con optimismo y pragmatismo para impulsar proyectos que den vida a Coomonte. En esta conversación repasa los logros, las dificultades de la burocracia y su visión de futuro para un lugar que, afirma, tiene mucha vida y mucho futuro.

 

-Han pasado dos años desde que ganó las elecciones. ¿Cómo es el balance de este tiempo?

-Un balance positivo. Tras mucho tiempo como concejal, sin participación directa, cuando estás dentro y te toca de alguna manera dirigir, cambia la cosa y mucho. Pero positivo total.

-De todo lo que han hecho hasta la fecha desde su equipo de gobierno, ¿de qué proyecto se siente más orgulloso? Me dirá, seguro, que del campo de fútbol…

-(Risas) De lo que hemos hecho recientemente, sí. Pero también por lo mucho que nos ha costado, por el esfuerzo que hemos hecho. Y además por los resultados, que no me refiero a los deportivos, sino a la cantidad de gente que se logra juntar ahí, se reúnen, viven, lo disfrutan... Son ratos de una convivencia que merecen la pena.  Y ha costado tanto trabajo, que lo quieres más.

"Más allá de lo deportivo, lo bonito del campo de fútbol es el resultado de la cantidad de gente que se reune allí. Son ratos de convivencia que merecen la pena"

-¿Qué otros proyectos destacaría de estos dos años?

-Como obras, hemos puesto las placas solares del depósito, la pista de pádel, el citado campo de fútbol, y en breve pondremos placas solares también en el Ayuntamiento. Además, hemos asfaltado las calles, y arreglado los caminos. Tampoco da mucho más tiempo en dos años: mientras planificas y tal… Aparte esto es parecido a cuando llegas a una casa: la tienes que adaptar un poco a ti, que cambias unos muebles, la cocina...

-Pero también tuvieron problemas…

-Pues sí. Hemos tenido que luchar con esa incertidumbre de que llegas, tienes un secretario y se va; te quedas dos meses colgado sin secretario, tienes la suerte de que te viene otro, y un año y poco después se marcha también y tiene que venir otro, y vuelves a sufrir otra adaptación, otra forma de hacer las cosas... La suerte que hemos tenido es que de uno mejor pasamos a otro igual o mejor, y la siguiente vez lo mismo. Pero perder el secretario, en un ayuntamiento, genera baches muy grandes. Y nos va a pasar factura, seguro. Como digo, el balance es positivo. Ahí están las fiestas, que han salido muy bien. Todo es fruto de tener ideas, aportarlas, intentar ejecutarlas… Y luego, la verdad es que con unos vecinos como los de Coomonte es muy fácil ser alcalde.

"El balance de estos dos años es mUY positivo. LA verdad ES  que con unos vecinos como los de Coomonte es muy fácil ser alcalde"

-Supongo que otro logro de esta etapa es la bandera y el escudo de Coomonte, que no existían…

-Por supuesto. Y todo gracias a Daniel [el teniente alcalde]. Un trabajo muy bien hecho, y a día de hoy, ya tenemos reconocido oficialmente el escudo y la bandera. 

-¿Y qué proyectos próximos nos puede adelantar?

-Ahora vamos a regular el uso de bodegas. Como nuestras bodegas están en un terreno que es propiedad municipal, queremos de alguna manera identificar a cada usuario con cada bodega, para que no se pierda el mantenimiento, de tal manera que el que la utilice tiene derecho a seguir utilizándola –nadie va a quitar la bodega a nadie– pero se compromete a cambio a tener que cuidarla. Es una forma de que no se dejen perder las bodegas, fastidiando así al vecino también, y que al final desaparezcan por abandono. Otros proyectos grandes ahora mismo no, porque van sobre la marcha y en función del dinero. Seguiremos trabajando con los planes provinciales… paso a paso.

-Y del tema de la ermita, ¿hay alguna posibilidad de que se arregle?

-Nosotros hemos pedido reuniones con todo el mundo y no nos han escuchado. Nuestra intención es mantenerla, cuando menos, y saber como está, porque llevamos dos años con la puerta cerrada. A la Diócesis de Astorga le hemos solicitado reuniones, entrevistas, le hemos pedido la llave… Sabemos que el tejado está hundido en algunas partes. Por eso queríamos entrar, verlo, para intentar mantenerlo... Pero nadie nos responde. Y estamos preocupados por ello, evidentemente.

-Hablaba antes de que los proyectos los marca un poco el tema económico, y en este sentido, son esenciales las subvenciones. ¿Cómo valora usted el trato de la Diputación de Zamora con los pueblos en general, y con Coomonte en particular?

-Con los pueblos en general, yo que he asistido a todas las reuniones de alcaldes, lo veo bastante favorable. El compromiso que tiene la Diputación es real, y su presidente matiza mucho y pone orden. Está trabajando bastante bien. En cuanto a Coomonte, de momento, en lo que hemos solicitado nos han echado una mano. Y esperamos que siga siendo así. Porque los ingresos en esta legislatura van a ser muy pequeños. No tenemos madera, no tenemos nada…

-¿Y de la Junta?

-A la Junta le hemos solicitado una marquesina que nos la colocarán ahora a mediados de octubre, porque tenemos un grupo de niños que van al instituto y están ahí bajo el alero del tejado como las golondrinas, esperando a ver si llueve...

-Hablando de la Junta, Coomonte es un pueblo limítrofe con la provincia de León, y, de hecho, comparta con Alija el puente de La Vizana. ¿Cómo está la situación? Entiendo que seguimos sin novedades, ni por parte de la Junta ni de Confederación, ¿no?

-Con nosotros no ha hablado nadie. No tenemos conocimiento más que por las noticias que publicáis vosotros. Tampoco hemos preguntado a la Junta, porque yo creo que ahí no se va a meter. Porque el problema no es el puente de La Vizana, sino la presa del puente de La Vizana. Hay una concesión de agua al molino que cada vez es mayor, no sé cómo es eso, y a este paso el río quedará seco. El caudal fluye muy de cara a la central eléctrica y lo que es el río se quedará a cero. Y con Confederación te has topado, claro, que no nos escuchan ni para regar…

-Todo el mundo dice lo mismo de Confederación…

-Yo he visto la reunión que tuvieron los de Alija en Navianos y es que estamos en el mismo barco. Aquí se hizo una reunión con los señores de Barrios de Luna y nos dijeron que si queríamos la modernización, se hacían 250 hectáreas de regadío. Y eso no: queremos ampliar, porque si me vas a dejar de superficie de regadío lo que ya tengo… no vale la pena. Lo que no entiendo es que si regar por encharcamiento son seis o siete mil litros de agua por hectárea, y por riego moderno se queda en cuatro o cinco mil, ¿por qué no se amplía la superficie de riego? No tiene sentido.

"El futuro de la agricultura lo veo muy mal. La mayor rentabilidad es el autoconsumo. pero no somos capaces de consumir nuestros propios productos y jugamos a vender y a importar"

- Coomonte es, además, un municipio eminentemente agrícola. Tal y como está ahora el sector, ¿qué futuro le augura aquí en su pueblo?

-Un futuro muy fastidiado. La agricultura está mal. Mercosur y todo lo que nos meten de fuera nos están hundiendo, así de claro. No son ya los aranceles, sino que no somos capaces de consumir nuestros propios productos. ¿Qué consumimos? Empecemos por ahí. ¿Qué está pasando con las patatas? Que no valen nada. Y estamos trayendo patatas de todas partes. ¿Qué pasa? Si tienes un producto, no lo utilizas, y luego tienes que ir a comprarlo porque es más barato… Pues es lo que estamos viendo… ¿Cuándo funciona mejor la agricultura? Cuando alguien siembra cebada, alfalfa, forrajes, y lo utiliza él mismo. La mayor rentabilidad es el autoconsumo. Y aquí estamos jugando a vender, a vender, a vender y a importar. Y si tienes que importar con diferencias en el coste de producción, pues estás fastidiado. 

-También quería preguntarle por los recientes incendios, ya que Coomonte es uno de los pueblos que quedó como “en medio” sin que las llamas se acercaran. ¿Cómo vivieron desde aquí toda esa oleada de fuegos? 

-El día que se desocupó la residencia de Alija, nos avisaron para desalojar también, y tuvimos mucho miedo. La suerte fue que cambió la dirección del viento, si no el fuego llega a El Mosteruelo: Santa María, la sierra, Quintana, Quintanilla, Brime.. todo se hubiese quemado… Esa tarde fue terrible. 

-Si hablamos de demografía, Coomonte bajó en 2017 de 200 habitantes, y a día de hoy parece difícil recuperarlos… 

-Bueno, saltar la barrera no lo sé. Esta semana hubo precisamente tres censados más, y estamos más o menos en 190… 

-¿Por qué motivo se empadrona la gente en Coomonte?

-Casi todos porque son hijos de gente del pueblo, y vienen aquí porque se vive muy bien: no tenemos tienda pero tenemos bar, tenemos servicios en las cercanías, que nos ayudan mucho, como la gasolinera de Alija, el supermercado… Todas esas cosas también cuentan. 

-¿Y el tema vivienda, que es problema de muchos pueblos?

-Es cierto que hay más demanda de vivienda que casas en venta… Y es un problema. Nosotros intentamos, desde el Ayuntamiento, que las viviendas se mantengan. Y ya no puedes aplicar la frase aquella de “como pan no me pide”… Porque hay que hacer un mantenimiento; no vale poner dos palos en la fachada y una cinta y ya está. No permitimos que se deje ningún inmueble en riesgo de ruina: hay que reparar o derruir. Y de hecho, se acaban de habitar tres casas ahora mismo.

-También es muy llamativo que, para una población tan pequeña, haya un número importante de gente joven, e incluso niños, lo que hace posible mantener el colegio… 

-Gozamos de un dato muy importante en Coomonte porque hay un 24% de menores de 32-33 años… ¡Fíjate si podemos jugar al fútbol! Y tenemos el colegio abierto, con el mínimo de niños, pero ahí está… Y tienen su huerto ecológico, que nunca vi otro igual.

"Una cosa es que los pueblos se mueran y otra que les mates. En los pueblos hay mucha vida. ¡Y suerte aquel que puede disfrutar de un pueblo!"

-¿Entonces es optimista respecto al futuro de Coomonte?

-Sí, soy muy optimista. Tanto que siempre he dicho que los pueblos, como todo en la vida, acabarán agotándose. Pero una cosa es que se mueran y otra que les ayudes a morir o que les mates. En los pueblos hay mucha vida. ¡Y suerte aquel que pueda disfrutar de un pueblo! Coomonte tiene bastante vida, y de aquí no me mueve a mí nadie.

-Entonces, cuando se habla de la España vaciada, no está para nada de acuerdo…

-La España vaciada no existe; la España que quieren vaciar, sí. Porque aquí se nos llena la boca con las ayudas, y luego todo son papeles, papeles, papeles, burocracia, burocracia… Que en un pueblo como Coomonte para ver un partido de fútbol en el bar tenga que pagar 400 euros, porque le cuesta lo mismo conectarse que a uno de Madrid. ¿Tú crees que se pueden tener las mismas leyes para un bar de un pueblo que para uno de la capital? Esa burocracia es la que está fastidiando a los pueblos. Pero en los pueblos, por ejemplo, puedes encontrar trabajo. Si no quieres trabajar no vas a trabajar en ningún sitio, pero si quieres trabajar, en un pueblo encuentras dónde. La España vaciada no existe, la generan. ¿Y quién la genera? Aquel que dice el tuerto que quiere ser el rey en el país de los ciegos

 

 

EN PRIMERA PERSONA

Maximiliano Velicias 2
El alcalde de Coomonte, en el campo de fútbol que tanto costó sacar adelante

-¿Su primer recuerdo de Coomonte? Cuando empecé la escuela, que éramos treinta y tantos niños más las niñas. Y jugar con los chavales por las calles cuando no estaban asfaltadas… El tener que ir a aquellas misas de antes… Muchos. He pasado toda la infancia aquí.

-¿Su rincón favorito del pueblo? Mi casa. Es donde nací. Siempre he vivido ahí, excepto los años que estuve fuera.

-¿Lo mejor de Coomonte? Los vecinos

-¿Y lo peor? (Risas) Lo peor soy yo, que tengo que estar aprendiendo todos los días. En serio: las trabas burocráticas es lo peor de Coomonte y de todos los pueblos.

-Defina su pueblo con sólo tres palabras. Tranquilo, vivo y con futuro

-Su momento "tierra trágame" como alcalde. Como alcalde creo que ninguna. Meteduras de pata muchas, seguro, pero nada grave…

-¿Y su momento estelar como alcalde? Pues tengo dos: cuando gané las elecciones, pero no por ganar, sino por el compromiso que adquieres… Y la inauguración del campo de fútbol, por todo lo que conlleva detrás.

-Le gustaría que su paso por la alcaldía se recordase por... Por la gestión, simplemente.

-Su mayor virtud. Que soy un tío con suerte 

-Y su mayor defecto... A veces la transparencia… Soy muy directo.

-De pequeño quería ser... Siempre me gustó la maquinaria. Y quería ser jefe.

-Una comida: El marisco

-Una película: La mía propia

-¿Y un libro? El que pienso escribir

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