Un pueblo que sabe a-mar

OPINIÓN
|

Quienes tuvimos la suerte de nacer junto al mar no somos capaces de entender nuestra existencia lejos de él. Fue una de las cuestiones que más me preocuparon –incluso me agobiaron– cuando decidí cambiar mi amada Galicia por Alija del Infantado. 

Por eso, cuando descubrí el estrecho vínculo de esta villa con la Armada, todas las piezas del puzzle me encajaron. ¡Nada menos que con la Armada, y lo que significaba para mí, nacida y criada en Ferrol!

Por eso les pido disculpas si quizás, en estas noticias, me dejo llevar por esa pasión que sólo podemos entender quienes entonamos desde niñas la Salve Marinera –"Estrella de los Mares"– en aquella Iglesia de San Francisco, de la mano de nuestra madre.

Porque el hecho de que un trocito de la tierra que me vio nacer y crecer se encuentre hoy en la tierra que me ve madurar y envejecer, y donde son muchas las personas que, en cuanto me confesé ferrolana me abrieron sus brazos por su pasado marinero, hace que hoy, más que nunca, Alija del Infantado sea mi hogar, mostrándome, una vez más, que, por muy al interior que se encuentre, es mi pueblo, un gran pueblo, un pueblo –en definitiva– que sabe a-mar.

Comentarios