Alija del Infantado despidió el Carnaval con el tradicional Entierro de la Sardina, al que asistieron decenas de vecinos y plañideras para llorar por la finada. El señor "cura" cambió este año, tras "jubilarse" el gran Pepe Graña, dando paso a la juventud con Javi Casas "oficiando" las exequias por la difunta.
Como ya es tradición, la comitiva recorrió las calles del pueblo, realizando diversas paradas para lanzar unas coplas en las que se acordaron de diversos vecinos del pueblo y personajes emblemáticos, con mucha gracia.
Al igual que en años anteriores, nos quedamos con la incógnita de conocer la identidad de alguna de las plañideras y hombres de riguroso luto, mientras que otros se quitaron la careta para degustar las sopas de ajo, el bocata de sardinas y las orejas que ofreció el Ayuntamiento, que este Carnaval ha hecho ganar algún kilo a los vecinos, con tanto ágape.
Con el entierro de la sardina, se inicia la Cuaresma, de ahí el menú servido, aunque alguno, a urtadillas, se comió las sobras del chorizo de ayer.
El año que viene, más y mejor.
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