Alejandro Alija huye del protagonismo. Cree que el éxito de su trabajo está en el equipo de gobierno que forma con sus tres concejales, entre quienes debaten todas las cuestiones importantes para el pueblo hasta tomar una decisión.
Si tuviéramos que definirle, es un hombre cercano, afable, y enamorado de Arrabalde, donde lleva 28 años... Y a donde llegó por esas vueltas caprichosas que da la vida: él, que iba para futbolista, vio truncada su prometedora carrera a los 16 años por una lesión en la rodilla; luego trabajó repartiendo el pan por los pueblos, y así acabó en Arrabalde, porque, entre hogaza y hogaza dejada a la puerta de la que sería su futura suegra, conoció a la que hoy es su mujer.
Nos recibe unos días antes de la Navidad, ilusionado por todo lo que han organizado para vivir estas entrañables fiestas, en que las calles de Arrabalde se llenan de niños.
-¿Qué balance haría de este primer año y medio en la Alcaldía?
-Pues yo creo que ha sido muy positivo, porque hemos conseguido cosas que no se habían hecho nunca. Incluso ahora mismo estamos siguiendo, por segundo año, los proyectos que al principio escribimos en una lista. Y se están cumpliendo todos. Nos reunimos con frecuencia, para hablar, que es lo que se necesita, y tomar decisiones. Porque no siempre tenemos la misma opinión y hay que debatir, que es algo muy bueno.
-¿A qué proyectos en concreto se refiere?
-La reapertura del aula arqueológica, el acondicionamiento del cementerio, el parque de los niños, las pistas polideportivas...
-Sin duda, hablar de Arrabalde es hablar de historia y arqueología. Después de retomar la acitividad de la Asociación del Castro de Las Labradas, ¿qué proyectos hay en marcha para la zona?
-Es un proyecto a tres años. Ahora se está intentando ver con georadar e instrumentos no invasivos el terreno. Se está estudiando la zona de fuera, que pertenece al castro pero está fuera de las murallas.
-¿Cree que podrían aparecer más tesoros como los que hicieron famoso a Arrabalde en toda España?
-Pues si solamente está estudiado un 10% y aparecieron dos... Imagínate el 90% que falta por estudiar: tanto estructuras de construcción como material, armas, herramientas... Seguro. Claro que esto es mi opinión personal.
-También en los últimos años se descubrió que, además de Petavonium, había otros asentamientos romanos rodeando el castro... Parece que sus antepasados fueron como la aldea de Asterix, pero en astur.
-Sí, sí. Incluso abajo en el pueblo se ha descubierto que pudo haber asentamiento. Hay que tener en cuenta que es una zona desde la que controlaban todo, y tenían agua, caza,... Para la época era un sitio espectacular. Y además, protegidos. Se habla incluso de que pudo haber civilizaciones antes de los astures. Eso se sabrá estudiando las construcciones.
Estamos muy satisfechos del éxito del Aula arqueológica: nos pedían quince visitas mensuales y este año han pasado cerca de mil personas
-¿Cómo va el Aula arqueológica?
Pues estamos muy contentos porque abre 6 meses al año, y nos lo han vuelto a conceder otros seis meses para 2025. Estamos muy agradecidos a la Diputación de Zamora, que financia el 100% de los gastos de personal; las recreaciones de las joyas y todo lo que se encontró no, que esas réplicas las sufraga el Ayuntamiento. La Diputación nos decía que con quince visitas mensuales ya se sentían satisfechos, y este año han pasado cerca de mil visitantes... Un éxito enorme.
-¿Qué otros proyectos hay en marcha para el pueblo?
-Ahora se ha dado vida a la Navidad, con Papá Noel y unos regalos a los niños, y el premio de las fachadas navideñas, que ya es el segundo año... Y hacemos lo mismo con las fechas señaladas, como el Magosto, que nunca se había organizado; el Carnaval, que se da el escabeche... Son pequeños eventos pero que van generando ambiente, dan vida.
-¿Y obras previstas próximamente?
-Pues ahora está pendiente un almacén, que tenemos muchos locales, y hay que buscar una solución, porque la furgoneta por ejemplo está en la calle... Otro proyecto es el archivo municipal, que lo estamos haciendo en el polideportivo, al lado del aula arqueológica, y esperamos que esté listo para primavera.
Nos gustaría atraer a familias jóvenes, pero no hay viviendas: la gente no vende o vende muy caro, por encima de las ciudades muchas veces
-Uno de los momentos recientes más tristes que le tocó vivir a Arrabalde fue el cierre del colegio, después de la ilusión de que hubiera vuelto a abrir. ¿Cree que se puede conseguir que reabra de nuevo?
-Con tres niños ya abriríamos el cole. Pero claro, si no hay niños... A nosotros nos gustaría atraer familias jóvenes, pero el problema es que no hay viviendas. Por ejemplo, la pareja que ha cogido la farmacia, que son de Granada, están intentando encontrar una casa para poder empadronarse y quedarse aquí y es difícil. Es que no hay. Y la gente tampoco vende, o vende muy caro, precios por encima de las ciudades muchas veces,... Es complicado.
-Llama la atención que, pese a rondar los 200 habitantes, Arrabalde cuenta con nuchos más servicios que otros pueblos de su tamaño...
-Eso es cierto. Tenemos panadería, bares, farmacia... Posiblemente en breve una pequeña tienda. Y ahora, para 2025, empezarán los cajeros móviles, hacia la primavera...
-¿Considera que los planes provinciales y los fondos de la Junta destinados a los pueblos son suficientes para acometer las obras que necesitan llevar a cabo? ¿Cómo se podría mejorar?
-Son suficientes, y cada año suben los presupuestos, sobre todo los de la Diputación, que este año ha subido 7 millones de euros más. Eso a los pueblos nos supone más subvenciones o más dinero directo. Pero, eso sí, todas las subvenciones llevan un recargo que tiene que aportar el Ayuntamiento: el 10, el 20 o el 30%. Y para ayuntamientos tan pequeños como el nuestro, a veces es un suplicio solicitar una subvención. Podemos pedir una, dos... tres como mucho. Al final se benefician los grandes, como Toro, Benavente, Villapando, Villardeciervos, Alcañices... Los pueblos chiquitillos, con los presupuestos que tenemos, es imposible
Para pueblos tan pequeños como el nuestro, a veces es un suplicio solicitar una subvención, porque no podemos asumir el recargo que debe aportar el ayuntamiento, y al final se benefician los grandes
-Pues bastante bonito está el pueblo, he de decirle...
-Pues muchas cosas las hacemos gratuitamente, como la exposición de belenes, a coste cero, o a coste del trabajo de las personas que estamos en el Ayuntamiento.
-¿Cómo ve el futuro a largo plazo de Arrabalde en medio de esta España vaciada? Porque la tendencia es a que los pueblos desaparezcan...
-Pues yo lo veo mucho mejor que otros pueblos, lo veo positivo, siempre y cuando los dirigentes sean como tienen que ser. Me niego a pensar, como dice otra gente, que esto está perdido, que si no fuera por los meses de verano el pueblo está muerto. Eso no es así. Mientras viva una persona... ¡Si es que me molesta hasta lo de la España vaciada!, porque aún con una persona, esto no está vacío. Creo que Arrabalde tiene futuro: iremos a menos por el envejecimiento. Pero es un pueblo que tiene, lo primero, muchísima juventud, y tiene futuro.
-Usted mismo es un alcalde joven...
-Bueno, 49 ya... Pero sí, entiendo lo que dices.
-¿Su primer recuerdo de Arrabalde? De cuando era panadero, que venía a repartir a Arrabalde, y así conocí a mi mujer... Dejando el pan a la puerta de mi suegra, con mucho miedo. Jaja.
-¿Su rincón favorito de Arrabalde? Desde arriba, subiendo al castro. Eso no lo tiene ningún pueblo. Desconectas de todo.
-¿Lo mejor de Arrabalde? El pueblo en sí, cómo está, su ubicación, la vida que tiene en ciertas fechas... Me gusta por los negocios que se siguen manteniendo. Tiene de todo lo básico
-¿Y lo peor? Nada. No hay nada malo. En todo caso, la falta de vivienda...
-Defina su pueblo con sólo tres palabras. Bueno, bonito y maravilloso.
-Su momento “tierra trágame” como alcalde... La inexperiencia en algunas declaraciones que he hecho, y me reprendieron, porque me pude cargar un proyecto...
-¿Y su momento estelar como alcalde? El último día de la fiesta, cuando terminamos de servir la parrillada al último, y la gente aplaude. Te da mucha emoción... y liberación, claro.
-Le gustaría que su paso por la alcaldía se recordase por... lo bien que hemos hecho las cosas, no yo, sino los cuatro del equipo de gobierno. Porque a veces la gente no es consciente de lo duro que es esto.
-¿Su mayor virtud? Me gusta escuchar a los demás y no tomar las decisiones yo solo.
-¿Y su mayor defecto? Mi impulsividad.
-De pequeño quería ser... Futbolista. Y lo fui hasta Tercera División, que jugué en La Bañeza, pero me rompí la rodilla con 16 años y tuve que dejarlo... Ese día iba a hacer las pruebas al Valladolid, y jugando contra el Astorga tuve esa lesión y se fastidió.
-Una comida. Patatas fritas con huevo frito, como a mi hija.
-Una película. “Evasión o victoria”, con Pelé y Sylvester Stallone
-Un libro. El del “Real Monasterio de Santa María de Nogales”, de José Dionisio Colinas, de La Bañeza; y otro sobre el tesoro de Arrabalde, que no recuerdo el autor... No leo mucho pero me gusta la historia, y más la relacionada con nuestra zona. Eso sí me gusta leerlo.
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