Dice el refrán que las penas, con pan, son menos... Y, aunque en el caso de Valencia, es complicado rebajar la gravedad de lo allí sucedido, no pude evitar recordar el refrán cuando conocí la historia de Teo, el panadero de Santa María de la Vega, que no dudó ni un segundo en mandar furgones cargados de hogazas para los afectados por la DANA.
"Es lo que mejor sé hacer", me dijo Teo. Y esa frase me dio mucho que pensar. Los miles de ciudadanos anónimos que se armaron de un cubo y una pala o un cepillo para limpiar las calles, probablemente se plantearon la misma pregunta, qué podían aportar, qué sabían hacer. Y, mejor o peor, lo hicieron.
Los cientos de vecinos de los pueblos, nuestros pueblos, hicieron lo propio. Y todos, hasta el que menos tiene, quiso aportar su granito de arena. Lo que mejor saben hacer.
Los niños y niñas de nuestros colegios están acopiando material escolar, pensando en aquello que no querrían perder si algo igual sucediera en su casa –Dios no lo quiera– y reclamando a su padre y a su madre lo que quiere darles... Lo que mejor saben hacer.
En el lado opuesto, vimos –y seguimos viendo– a los políticos. Pero, si lo piensan ustedes bien, el comportamiento es el mismo que el de la ciudadanía. Y no me malinterpreten, no. Me refiero a que los vimos –los vemos– también haciendo lo que mejor saben hacer. Lo que hacen siempre: mentir, desaparecer o la foto, según el caso. Pero... ¿Acaso alguien esperaba otro comportamiento?
De todo ello llegamos a una conclusión. En los pueblos no hay políticos. No en ese sentido. En los pueblos hay personas que, ante una tragedia como la que acabamos de vivir, y sin interés alguno por las cámaras, son los primeros en preocuparse –y ocuparse– de hacer lo que mejor saben hacer, pero de verdad de la buena.
Porque, ¿saben qué fue lo que más me emocionó de la recogida de artículos en los ayuntamientos? Que el alcalde y la concejala de la oposición estaban ahí entre los cartones de leche, las botellas de agua, y las cajas de pañales y guantes, ordenando todo en cajas, juntos, sin colores, sin partidos. Sólo personas ayudando a personas. Sólo personas haciendo lo que mejor saben hacer.
Con este pan, sí se alivia un poco la pena...
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