Llegó por azar, camino de Zamora y Salamanca, hasta Alija del Infantado, donde se quedó cuatro días, con sus cuatro noches, deleitándonos la última con un concierto/meditación de guitarra clásica, su única compañera de vida nómada desde hace ya cuatro años, aunque lleva unas cuantas décadas en sus manos, "el mejor medio para expresar la PAZ profunda que existe en cada ser humano", afirma en su presentación. Su nombre es Alberto Rodríguez, y se hace llamar "el misionero de la paz". Antes de partir, nos concede este ratito de charla...