Jiménez de Jamuz vuelve a oler a barro y a historia. Tras dos años de silencio, el Alfar Museo reabre sus puertas con el objetivo de mantener viva la esencia de un oficio ancestral que durante siglos dio alma al pueblo. Bajo la mirada paciente de Jonathan Molero, aprendiz de alfarero, y del maestro Miguel Sanjuán, las manos jóvenes empiezan a moldear el futuro de la alfarería jiminiega.