A Javier Fuente la vida le condujo por unos derroteros inesperados. Con la sensatez y el poso que dan los años, hoy recuerda cómo una triste circunstancia –el prematuro fallecimiento de su padre– le llevó a cambiar de planes para acabar siendo funcionario judicial. Pero, pese a todo, es un tipo optimista, cercano, que cree que la vida le ha tratado bien. Se define como un hombre de izquierdas, firme defensor de la justicia social. Y amante de su pueblo, Alcubilla de Nogales, del que sufre su agonía –ya apenas quedan 100 habitantes– con una enorme frustración por no poder hacer todo lo que querría. Allí nos recibe, en un Ayuntamiento cuyo bajo se ha convertido en el local donde los jubilados –"profesión" mayoritaria del pueblo– tienen su lugar de encuentro.
- ¿Qué balance haría de su experiencia como alcalde?
-Desde el punto de vista de ayudar a la gente, bastante positivo. Pero luego a veces piensas que no vale la pena: es demasiado esfuerzo, demasiada dedicación, para tener pocos resultados, porque no se puede hacer lo que uno quiere. Hay un aspecto económico puro y duro: las Diputaciones suelen dar más dinero a quien más habitantes tiene, y en estos pueblos pequeños te quedas sin recursos para hacer las cosas. Obtienes subvenciones, haces proyectos, haces todo el trabajo y cuando vas a acometer la obra, siempre tienes que poner un porcentaje… Esas cantidades te van gastando los fondos propios y al final no llegas a otros recursos. Hay que tener en cuenta que las infraestructuras se están manteniendo con prácticamente cien habitantes, aunque luego vengan más en verano, pero que hay que mantener todo el año: calles, luces, aguas limpias, aguas sucias… Luego otra cosa que frena bastante es el papeleo: que para una nómina haya que firmar tres papeles; o para hacer un trabajo no puedes agilizarlo porque sólo tenemos un técnico: el tesorero, el secretario e interventor es la misma persona. A esto se suma que la población envejece cada vez más, necesita más cosas, … Hemos abierto un centro en el bajo del ayuntamiento, para que vengan 8-10 personas, pero es que esas 8-10 personas tienen derecho a hacerlo, que han estado trabajando toda su vida. Y el mantenimiento de ese local es el mismo que si fueran treinta.
"Estamos manteniendo todo el año infraestructuras con prácticamente cien habitantes"
- Ahora mismo, Alcubilla tiene varios proyectos en marcha. ¿Podría comentar los más importantes?
- Vamos a hacer el tejado nuevo en las escuelas, si encontramos quien nos lo haga, que ése es otro problema, porque no queremos tirar de las empresas grandes, que nos la hacen por ese precio, sino de las pequeñas de la zona, pero no llegan, porque no pueden competir en material ni en mano de obra. Es una obra que vale sobre 40.000 euros, de los que 34.000 los cubre una subvención y el resto lo tenemos que poner. Pero ese tejado hay que hacerlo, sino ese local está sin uso. A un lado hay un gimnasio, pequeño pero suficiente para el pueblo, y el otro lado lo vamos a dedicar a local social sin ánimo de lucro. Ahora mismo hay una asociación que ya tiene 120 personas, y intentaremos que se cree alguna más o que la que hay crezca. Después, queremos poner ahí unas placas solares, para el abastecimiento energético municipal. Venimos gastando entre 500-700 euros mensual sólo en bombear el agua. Y con las placas, además del ahorro, podemos ganar en eficiencia energética, calentando el ayuntamiento con algún otro sistema, no todo gasóleo.
Otro proyecto es el de la digitalización de los contadores del agua. En este caso, está subvencionado por Europa, y tenemos que aportar poco dinero… También tenemos pendiente poner más nichos a la venta, que serán otros 30.000 euros, y para eso sí que no hay subvención… Y el velatorio, que no lo tenemos aún, y no sé cómo vamos a abordarlo aún. Es desprenderse de muchísimos recursos. Eso no es fácil para un ayuntamiento de este tamaño.
-Me comentaba hace unos días que lo que está haciendo a veces es sacar las obras por fases, ¿no?
-Claro, porque no nos llega. Lo hicimos también en el parque, porque nos pedían unos 30.000 euros, y lo dividimos en tres fases: una para los juegos de los niños, otra para el suelo, y otra para el riego automático, que, por cierto, lo estamos poniendo en todos los parques por dos motivos: el ahorro de agua, que es muy considerable, y el personal, sino no hacen otra cosa.
- ¿Son entonces insuficientes los planes provinciales para financiar las obras en un pueblo pequeño como Alcubilla?
"Si te dan subvenciones de 8.000 euros, ¿qué haces con 8.000 euros? No te viene ni un camión por ese dinero…"
-De planes provinciales nos vienen dando 34.000 euros, y luego tenemos que aportar un porcentaje que puede ser un 10, 15 o 20% según el tipo de obras. Pero claro, con ese dinero haces… media calle. Y vas a otros ayuntamientos y les dan 50 ó 60.000, pero los metros de calle son los mismos. Además, las obras grandes son más golosas, más interesantes para las empresas. Si te dan subvenciones de 8.000 euros, ¿qué haces con 8.000 euros? No te viene ni un camión por ese dinero…
-El problema, como dice, es que las necesidades son las mismas que en un pueblo grande…
- Es cierto que el Ayuntamiento, para ser más cercano a la gente, tiene que tener más capacidad de autogestión, y disponer de unos fondos. Y que esté controlado por la Diputación me parece correcto. Pero hay veces que no llega. Y se lo dices y te contestan que ya para eso tienen los otros planes. Pero es que si Alcubilla presenta un proyecto con una idea, por muy buena que sea, y lo presenta similar Morales de Rey, la Diputación va a inclinarse por Morales, porque da servicio a más gente… Y el problema es que hay “muchos” Morales del Rey antes que Alcubilla.
-Pero en el caso de Alcubilla, hay también unos ingresos que provienen de los aerogeneradores. ¿Tiene algún destino específico ese dinero, o se suma al presupuesto global del Ayuntamiento?
-No, se suma al presupuesto. Son ahora mismo, netos –que hay que quitarle el IVA– treinta y tantos mil euros. Lo que ocurre, al igual que sucede en otros pueblos, es que ese beneficio se compensó con la eliminación de algunos impuestos hace años. Lo hicieron en su momento con la mejor intención del mundo, pero ahora te ahogan un poco.
"El beneficio de los aerogeneradores se compensó hace años con la eliminación de impuestos. Se hizo con la mejor intención, pero ahora te ahoga un poco"
-¿Y hay posibilidad de ampliar estos ingresos?
-Ha habido otros proyectos de placas solares, hasta uno de hidrógeno verde utilizando el agua del Eria, pero hubo mucho conflicto y se retiró…
-Aunque en el último censo oficial no se produjeron bajas en la población de Alcubilla, lo cierto es que es uno de los pueblos más pequeños de zona. ¿Temen bajar de cien y perder categoría? ¿Qué consecuencias tendría?
-Menos recursos económicos, menos concejales… Aunque eso no sé si sería problema o ventaja para los vecinos [risas] Y al perder población, aún se reciben menos subvenciones.
- ¿Pueden hacer algo como Ayuntamiento para evitarlo?
-Podemos intentar que se censen, pero es muy difícil competir con las capitales, sobre todo con gente joven que tengan niños pequeños, porque necesitan colegios… Ahora tenemos algunas familias, pero si mañana sus hijos se van fuera, ya perdemos de golpe ocho censados. Y eso, para nosotros, es bajar de 100.
-Servicios no tienen muchos… Es raro un pueblo sin bar. ¿Puede ser una de las causas de que no se asiente la población?
-Hubo un bar, y lo cerraron el año pasado. El problema es que si el bar fuese rentable, lo cogería alguien y ya estaba. Pero en los bares del entorno prácticamente lo paga todo el ayuntamiento. Y hay que ver lo que cuesta y si vale la pena, porque la gente joven tiene medios para irse, tiene coches. El problema del bar es la gente mayor. Estamos viendo si existe la posibilidad de que lleve el bar una asociación sin ánimo de lucro. Ahí sí puede el Ayuntamiento dar una pequeña ayuda, pero lógicamente no podemos pagar un sueldo a una persona para que tenga un bar.
- En cuanto a la economía, ¿la agricultura sigue siendo el principal motor económico de Alcubilla?
-Si somos realistas, son las pensiones… El 50% ya son jubilados. Pero sí, la base históricamente era la agricultura y algo la ganadería. Ahora mismo, en toda la vega de regadío se están trabajando cereales, girasol, alguna finca de patatas... Pero sólo hay cuatro personas dadas de alta. La mayoría de las fincas están en renta y las trabaja gente de Arrabalde, de Coomonte, de otros pueblos. Tenemos también fincas del Ayuntamiento, que tienen renta, y las llevan esas cuatro personas. Y de ganado ya no hay nada. A mayores, tenemos dos empresas de miel. Y al margen del sector primario, hay una empresa de construcciones metálicas. Y, ahora mismo, nada más. El resto trabajan fuera: en Benavente, en Alija, en León bastantes…
"He solicitado a Confederación que nos ayuden con las salidas del río, que antes ese agua volvía, pero ahora recorre las fincas y hace mucho daño"
-Habla de la la vega tan buena que hay aquí, pero después está el problema del Eria, que se desborda cuando trae mucha agua e inunda parte de esa vega… ¿Se está tratando de solucionar?
-Hice una solicitud hace tiempo a Confederación pero no me contestaron, y volveré a escribirles para que hagan algo o nos den permiso para hacer algo y evitar que el río se salga tan fácil. La gente tiene miedo a las riadas, pero, realmente, las riadas han hecho las vegas. Si no se sale el río, no hay terreno productivo. Yo recuerdo todavía que cuando se salía el río la gente iba con carros y sacaban la tierra de los regueros y la echaban para las fincas. ¿Qué ocurre? Que antes se salía el río y volvía despacio, pero ahora se sale en un punto, viene mucha agua, y recorre las fincas. Y eso hace daño. Yo no soy técnico, y por eso pido ayuda, porque no sé cuál es la solución. Sí sé que hace años se hizo una limpieza y no funcionó. Tal vez poner refuerzos, o al revés, quitar los levantes… No lo sé.
-Esa vega es compartida con Arrabalde, ¿no? ¿Se podría presionar conjuntamente?
-Sería cuestión de hablarlo, porque se inunda más nuestra zona, pero cuando se inunda haciendo daño, les afecta más a ellos que a nosotros, porque va para allí el agua. A nosotros nos perjudica en 3-4 fincas. Lo que me gustaría es plantear esta situación en Confederación, que tienen que tener una solución.
- ¿Es quizás el problema más acuciante que tienen con las infraestructuras?
- Tenemos otro problema muy serio, y es la carretera que enlaza con los dos pueblos limítrofes de León: San Esteban y Alija. Desde la “raya” para allá, esas carreteras son de la Diputación de León, pero lo que sale de aquí desde la plaza, es municipal. En su día lo hizo la Diputación de Zamora y una parte la puso el ayuntamiento, pero luego el mantenimiento de la infraestructura es nuestra. Con lo que, como un día pase algo, no hay recursos para arreglarlo… Sería conveniente valorar que se hiciera cargo la Diputación de ello. Nosotros sólo en desbrozar gastamos 3.000-4.000 euros cada año y sin personal para ello.
-Hablábamos de la despoblación y del envejecimiento… Teniendo esto en cuenta, ¿cómo ve el futuro de Alcubilla a medio plazo?
"De momento seguimos teniendo cierto servicio médico gracias a los profesionales, pero cuando perdamos eso, ¿qué hacemos?"
-Muy mal, porque todo va dando vueltas a lo mismo. Una de las cosas más importantes que hay es la salud; y de momento seguimos teniendo un cierto servicio médico porque los profesionales que vienen, quieren, que no creo que la Junta de Castilla y León esté mucho por la labor. Les correspondía 2 días y vienen 3 muchas veces. Ya si llegamos al punto de no tener médicos, ¿qué hacemos? ¿Solución? El trabajo tampoco lo veo factible, porque las empresas se van para los polígonos de las ciudades. ¿Viviendas? Hay a punta pala, caídas, pero un montón. Igual hay 200 y pico casas, de las que no están habitadas ni 50-60 en agosto. No sé. Y luego viene la siguiente parte: cuando nadie quiera llevar los ayuntamientos, ¿qué va a pasar en estos pueblos? En algunos de Zamora ya no hay ni candidatos a presentarse, porque son muchos esfuerzos, disgustos, enfados que no vienen a cuento, porque cuando uno no tiene para hacer lo que quiere, pues es un lío. También es verdad –y eso va en contra el pueblo– que luego queremos unas fiestas grandes. Y he oído al presidente de la Diputación decir “es que luego pedís ayuda para arreglar tal cosa y os gastáis 40.000 euros en las fiestas”. Ya pero es que el que gastó 40.000 euros en fiestas le subvencionáis aquella calle, y a los que tenemos ahorros, no. Así que, ¿voy a hacer como aquél y gastarlo en fiestas? Entraríamos en una política que no es nada buena, y ya hay cosas que…
-¿A qué se refiere?
"Me fastidia muchísimo que los ayuntamientos pequeños, que tenemos los mismos problemas, estemos rivalizando en lugar de unirnos más"
-A que lo que veo yo a veces es que los ayuntamientos, en vez de unirse más, están como compitiendo, a ver si ellos sacan la subvención y tú no, si yo traigo a este conjunto de fiesta y tú uno más pequeño… A ver quién rivaliza más. Y vas a veces a las reuniones, cuando tenías que estar juntos porque las necesidades y los problemas que tenemos son parecidos, y en vez de buscar soluciones en conjunto, reparten la tarta y tú quieres tu cachín: si en vez de en 20 se reparte en 15 mejor, así tú te quedas sin ella. ¡Eso me fastidia muchísimo! Y eso ocurrió, por ejemplo, cuando se estaba movilizando una zona de salud próxima a la nuestra y pidió ayuda, y yo intenté convencer en una reunión del consejo de salud a los demás de que ayudáramos, y optaron por decir que no porque nosotros estamos bien… Y cuando terminen con esa zona, vendrán a por la nuestra. Lo verás.
- ¿Su primer recuerdo de Alcubilla? La escuela, cuando éramos pequeños. Las eras, que se llenaban de gente en verano. Y tocaban las campanas... El pueblo bullía, había vida. Y estábamos todo el día en la calle
-¿Su rincón favorito de Alcubilla? De pequeño el río; luego de mayor ya las bodegas.
-Lo mejor de Alcubilla. Todo.
-Lo peor del pueblo. Que se queda sin gente…
-Defina Alcubilla de Nogales con sólo tres palabras. Un pueblo tranquilo.
-Su momento “tierra trágame” como alcalde… El peor momento fue en unas fiestas, con muchísima gente, justo después de la pandemia, que teníamos una fuga de agua muy grande, imposible de localizar. Y tuvimos que hacer cortes de agua, en un pueblo que no teníamos necesidad de agua normalmente, pero no quedó más remedio.
-Su momento estelar como alcalde. Cuando conseguimos que la Diputación nos dijera que sí a la carretera de Villageriz, porque por ahí vienen los médicos, los autobuses de los niños, es la cabecera de los juzgados de paz, el centro de actividad… Y además llevábamos muchos años demandándola.
-Le gustaría que su paso por la Alcaldía se recordase por... Me gustaría que tuviera relevo, poder conseguir que alguien siguiera, y pedir a la gente que no critiquen a quien dé el paso.
-Su mayor virtud. ¡Uy! Creo que soy bastante tranquilo para tomar decisiones.
-Y su mayor defecto. Probablemente que soy muy ansioso, quiero hacer más cosas de las que puedo. Parece contradictorio con ser tranquilo pero no.
-De pequeño quería ser... Me gustaban todos los deportes, he practicado todo, me llamaba la atención el atletismo pero la vida te va llevando a circunstancias y te vas adaptando. Te pones a estudiar una carrera, la terminas, y cuando empiezas a vivir, se te muere el padre con 58 años y tienes que cambiar todo. Me hubiera gustado terminar de profesor, que fue lo que estudié. Pero en aquel momento había que comer. Y me presenté a otras oposiciones mientras tanto, las aprobé, y el “mientras” se acabó. Pero no me quejo. Estoy bien, he trabajado bien, cómodo.
-¿Una comida? ¡Esta es fácil! La sopas de ajo.
-¿Una película? “Amanece que no es poco”. No sé cuántas veces la habré visto…
-¿Y un libro? “La hoja roja”, de Miguel Delibes, aparte de los clásicos, que también.
-Pues ya está... Espera, ¿no me preguntas por el momento más importante de mi vida? Pues te lo digo yo: el nacimiento de mi hija.
-Ahí dejamos constancia.
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