La solicitud de devolución del impuesto especial sobre hidrocarburos (IEH) por el gasóleo agrícola se ha convertido este año en una auténtica odisea burocrática para muchos pequeños agricultores. Así lo denuncia la alianza UPA-COAG, que no duda en afirmar que detrás de las nuevas exigencias administrativas se esconde la intención del Ministerio de Hacienda de “lograr que muchos profesionales del campo se rindan ante el muro que se erige entre ellos” y esta ayuda.
El malestar en la organización agraria es notable. No en vano, UPA-COAG fue la impulsora de esta medida hace ya dos décadas, que desde 2005 ha supuesto para los profesionales del campo de Castilla y León la devolución de más de 1.675 millones de euros, con una media de 40.850 euros por explotación.
Según explican ambas organizaciones, lo que antes era un trámite sencillo, que en muchos casos se resolvía prácticamente de oficio, se ha transformado en una maraña administrativa. Entre los nuevos requerimientos, destacan documentos que anteriormente no eran necesarios, como licencias de los depósitos de gasóleo, declaraciones de los proveedores de combustible, declaraciones censales de la actividad agrícola o incluso la documentación de la PAC.
Los técnicos de UPA y COAG que están ayudando en la tramitación de estas solicitudes han constatado ya el volumen de notificaciones que se están recibiendo, apenas dos semanas después de iniciarse el proceso. “Algunas de las solicitudes son irrisorias”, subrayan, demostrando que los más perjudicados son los agricultores con explotaciones más pequeñas.
De hecho, desde la alianza agraria insisten en que estos son los más perjudicados, ya que, ante tantos obstáculos, están empezando a plantearse no solicitar la devolución. “Tras esta nueva forma de proceder se adivina la intención de que estos profesionales, sobre todo los que solicitan cantidades más pequeñas, desistan de solicitarlo”, subrayan.
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