El próximo 12 de agosto de 2026 se producirá uno de los fenómenos astronómicos mas fascinantes que, con suerte, puede uno observar una vez a lo largo de su vida: un eclipse total de sol en el que el Sureste de León y el Noreste de Zamora se encuentran en una posición muy favorable para su observación.
Pero más asombroso que todo eso es que desde una administración como la Diputación de Zamora se considere este hecho como una oportunidad para relanzar la economía y la vida de los pueblos de la zona, y mira que hay proyectos mucho más eficaces: inversiones en infraestructuras y carreteras, apuesta decidida por los pequeños emprendedores y sobretodo por las mujeres rurales, mejoras sanitaria y de comunicaciones... Pero no: lo que va a salvar esta zona de la España vaciada es un eclipse de sol.
Para ello van a declarar –o mas bien intentar declarar, pues no depende de ellos–, la Villa de Benavente como zona Starlight (spoiler: no reúne ni de lejos las condiciones para serlo). Ésa es la genial idea. Con este fin, van a hacer fuertes inversiones en gafas solares y han llevado mociones a todos los Ayuntamientos para que se acojan a esta estupenda iniciativa. Pero es que ni siquiera parece que se hayan asesorado mínimamente: el eclipse dura apenas un par de minutos en su fase de totalidad y puede verse desde media España, y no es necesario tener la declaración de zona Starlight para disfrutarlo, es decir, flor de un día.
Pero es que además la Diputación demuestra que vive en permanente contradicción ya que, por un lado, está fomentando fenómenos astronómicos y cielos libres de contaminación lumínica (recuerden, zona Starlight) y, por otro, aprueban proyectos como el que conocemos estos días en los que, precisamente en localidades que ya disfrutan de cielos no contaminados lumínicamente y que si podrían tener categoría Starlight, se invierte en justamente lo contrario: aumentar exponencialmente la capacidad de alumbrado público colocando obsesivamente luminarias de LEDs (es que son baratas y consumen muy poca energía, te repiten como loros) de espectro completo, salvo honrosas excepciones, con el consiguiente aumento de la contaminación lumínica, en aras de una seguridad y un ahorro energético más que dudable.
Podría decir que no entiendo esta manera de actuar por parte de nuestras Administraciones Locales, pero me temo que lo entiendo demasiado bien...
Miguel Ángel Furones es astrónomo y responsable de QUEDA en la provincia de Zamora
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